Érase una vez un niño al que le regalaron una colección de soldaditos de plomo. Cual sería su sorpresa al comprobar que al último soldadito le faltaba una pierna, se debía a que se acabó el plomo cuando se fundió el último soldadito.
El niño muy contento colocó los soldaditos con todos sus juguetes, los cuales cobraban vida por la noche. Entre los juguetes había una bella bailarina, de la que se enamoró el soldadito. Pero entre los juguetes había uno muy malo que le cogió manía al soldadito porque él también amaba a la bailarina.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario